domingo, 31 de julio de 2011

No more huevo en casa

Hoy es domingo, pero ya no me molesta, no lo siento como un domingo. Hace dos semanas que es domingo y no le tengo miedo al lunes que viene después. Receso. Todo eran horas sin dormir, pensamientos gastados y películas en megavideo, acostarse  las doce del mediodía y levantarme a las seis y media de la tarde. A lo que le temo es volver a la rutina, día tras día, volver al sarcasmo, al ingles dos días por semana, sin ganas de ir, a volver a acostumbrarme que los lunes, miércoles y jueves me tengo que acostar temprano y que el domingo a las doce tengo que hacer la tarea. Tengo que bajarme de la nube y arrancar de nuevo con el ambiente habitual y la agenda. Como de costumbre tengo que disfrutar cada viernes y sábado como si fueran los últimos. Pero la vida sigue aunque mi mente este ocupada por ocho materias, va seguir el desvarío y las hipótesis sin sentido. Tengo que aguantar el ambiente húmedo del invierno que te voltea y disfrutar el buen clima de la primavera que te da ganas de escapar de esas cuatro paredes y te invita a ser prófuga de los libros teóricos y las matemáticas.

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