martes, 22 de noviembre de 2011

Fruncí mis labios y mis ojos se estrecharon. Entonces me sonrió.  
Puse mis manos en su rostro nuevamente, el escudo se estiró fuera 
de mi mente y entonces comenzó donde lo dejé – con el recuerdo 
de la primera noche de mi nueva vida, siendo persistente en los 
detalles. 
Me reí jadeando cuando su beso urgente interrumpió  mis 
esfuerzos otra vez. 
"Joder" él gruñó, besando ávidamente bajo el borde  de mi 
mandíbula. 
“Tenemos mucho tiempo para trabajar sobre ello, " le recordé. 
“Siempre, siempre y siempre, " murmuró él. 
“Estoy totalmente de acuerdo " Y luego seguimos con gran 
felicidad en esa pequeña habitación pero perfecta para nosotros, 
por siempre.

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