Fruncí mis labios y mis ojos se estrecharon. Entonces me sonrió.
Puse mis manos en su rostro nuevamente, el escudo se estiró fuera
de mi mente y entonces comenzó donde lo dejé – con el recuerdo
de la primera noche de mi nueva vida, siendo persistente en los
detalles.
Me reí jadeando cuando su beso urgente interrumpió mis
esfuerzos otra vez.
"Joder" él gruñó, besando ávidamente bajo el borde de mi
mandíbula.
“Tenemos mucho tiempo para trabajar sobre ello, " le recordé.
“Siempre, siempre y siempre, " murmuró él.
“Estoy totalmente de acuerdo " Y luego seguimos con gran
felicidad en esa pequeña habitación pero perfecta para nosotros,
por siempre.
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