martes, 15 de noviembre de 2011

  • Yo adivino el parpadeo
    de las luces que a lo lejos
    van marcando mi retorno…
    Tengo miedo del encuentro
    con el pasado que vuelve
    a enfrentarse con mi vida.
    Tengo miedo de la noche
    que, poblada de recuerdos,
    encadena mi soñar,
    pero el viajero que huye
    tarde o temprano detiene su andar.
    Y aunque el olvido,
    que todo lo destruye,
    haya matado mi vieja ilusión,
    guardo escondida
    una esperanza humilde
    que es toda la fortuna
    de mi corazón.
    Volver
    con la frente marchita.
    Las nieves del tiempo
    platearon mi sien.
    Sentir
    que es un soplo la vida,
    que veinte años no es nada,
    que febril la mirada,
    errante en las sombras
    te busca y te nombra.
    Vivir
    con el alma aferrada
    a un dulce recuerdo
    que lloro otra vez.

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